I. El Atlántico negro como contracultura de la modernidad. Estudios culturales en blanco y negro. Martin Delany y la institución de la Patria. Política negra y modernidad. II. Amos/amas, esclavos/esclavas y antinomias de la modernidad. La esclavitud y el proyecto de la Ilustración. Señor y siervo en un lenguaje negro. III. "Joyas traídas del cautiverio": música negra y política de la autenticidad. UK Black, 110. Los Jubilee singers y la ruta transatlántica. La crítica musical y la política de la autenticidad racial. La música soul y la creación del anti-esencialismo. Al gunas obras de arte negras e la era de la simulación digital. Los jóvenes quinceañeros negros entonces y ahora. IV. "Alegra al fatigado viajero": W. E. B. Du Bois, Alemania y la política de la (des)ubicación . Modernidad, terror y movimientos. Reflexionaldo sobre "The souls of black folk". V. "Sin el consuelo de las lágrimas": Richard Wright, Francia y la ambivalencia de la comunidad. Escritura racial y crítica racial. La teoría de la modernidad de Wright. Masculinidad, misoginia y los límites de la comunidad racial. VI. "Una historia para no transmitir": la memoria viviente y el esclavo sublime. ¿Qué tiempo es este? ¡El tiempo de la nación!. Las guerras del amor y la sanación por el sexo : una desplazada poética de la subordinación. ¿Hijos de Israel o hijos de los faraones? La cultura negra y el terror indescriptible.
INTERNAL BIBLIOGRAPHIES/INDEXES NOTE
Text of Note
Referencias bibliográficas.
SUMMARY OR ABSTRACT
Text of Note
Afrocentrismo, eurocentrismo, estudios caribeños... Para las fuerzas del nacionalismo cultural, prisioneras en sus campos respectivos, este libro audaz resuena como un grito de liberación. Hay, nos dice Paul Gilroy, una cultura que no es específicamente africana, americana, caribeña o británica, sino todo ello a la vez, la cultura del Atlántico negro, cuyos temas y técnicas van más alla del origen étnico o de la nacionalidad, y que es origen de una realidad nueva que, hasta el momento, nos había pasado inadvertida. El Atlántico negro no solo pone en entredicho las prácticas y los presupuestos de los estudios culturales, sino que enriquece la comprensión que teníamos hasta el momento de la modernidad.